Hotel Venta el Duque.

Dirección: Av. del Mar, 10, 11170 Medina-Sidonia, Cádiz

Teléfono:956 41 00 40

Hotel restaurante con cocina tradicional bastante bien trabajada pero con algunos peros de diversa índole. Empecemos.

En un corto espacio de tiempo he ido en dos ocasiones a este restaurante, lo que ha hecho que tenga una visión un poco menos ideal que la que tuve la primera vez que lo visité, hace cosa de un año.

Los platos que he probado estos han sido los siguientes:

-          Paté de perdiz en escabeche. Muy bueno.

-          Ensalada de perdiz en escabeche. Exquisita.

-          Guiso de perdiz estofada. Un poco salada y la perdiz quizá un poco seca.

   -  Mil hojas de foie y perdiz en escabeche. Sabe poco a perdiz. Sobre todo predominan los sabores del foie y el queso. Pero aún así es un plato fresco y agradable. De esos primeros platos que más bien parecen postres.

-          Venado. Con una salsa muy moruna. Muy rico.

-          Conejo. Quizá un poco salado, pero bueno.

-          Crema de queso con miel y nueces. Lo acompañan con nata y, en mi opinión, le sobra. Sin ella el postre está bastante bueno.

-          Crema de tocino de cielo de fruta de la pasión. No es un postre dulzón, cosa que se agradece, pero no es gran cosa.

Llevan una historia un poco desconcertante con los vinos. Te dicen que no tienen el que quieres, te ofrecen uno más caro sin mostrarte la carta y sin decirte el precio y cuando al final pides otro más barato que el primero ¡resulta que sí les queda del que querías! Casualmente las dos veces que hemos ido hemos tenido la misma historia y la impresión de que nos querían “colocar” un Samaruco por todos los medios.

Luego hay otros detalles que deberían cuidarse un poco, en mi opinión. La primera vez que fuimos tenían una música bastante inadecuada y muy alta. Además en el baño no había jabón,  a pesar de que fuimos temprano.

Pero en general el balance es positivo. La comida merece la pena. Casera y bien cocinada. Si cuidan el exceso de sal en algunos platos, perfecta. El plato que nos pusieron en nuestra primera visita por gentileza de la casa (cuyo nombre no recuerdo) estaba también muy bueno. Y la última vez estuvimos muy bien atendidos por un camarero muy diligente, atento y perspicaz llamado Pedro, a pesar de que el restaurante estaba de bote en bote.